“Llegó la muerte. Y tras ella, el mundo se torna absurdo y opresivo. La vida parece dejar de tener sentido. Nos preguntamos cómo podemos seguir adelante, si podemos seguir adelante, por qué deberíamos seguir adelante. Poco a poco, de forma gradual y a nuestro ritmo, podemos empezar a encontrar algo de paz frente a lo que ha sucedido. La aceptación es un proceso continuo que experimentamos, no un momento con un punto final.
La aceptación en el duelo suele confundirse con la noción de que nos sentimos bien o estamos de acuerdo con lo que ha pasado. No es eso. La mayoría de la gente no se siente bien o de acuerdo con la pérdida de un ser querido. Gradualmente aceptamos la realidad de que nuestro ser querido se ha ido físicamente y reconocemos que dicha realidad es la realidad permanente. Nunca nos gustará esta realidad ni estaremos de acuerdo con ella pero, al final, la aceptamos. Aprendemos a vivir con ella.
A medida que sanamos, aprendemos quiénes somos y quién era nuestro ser querido en vida. De una extraña forma, a medida que avanzamos en el duelo, la sanación nos acerca a la persona que amábamos. Comienza una nueva relación. Aprendemos a vivir con el ser querido que hemos perdido. Empezamos el proceso de reintegración, en el que intentamos recomponer las piezas que se han fragmentado.”
~Elisabeth Kübler Ross
En Tanatología, existen seis áreas principales con las que podemos trabajar para dar inicio al proceso de reintegración, sanación y aceptación. Estas áreas son: recordar al ser querido, expresar los sentimientos, agradecer, perdonar y pedir perdón, despedirse y desear el bien.
Este documento es una carta de despedida dirigida a tu ser querido. Su propósito es guiarte amablemente a través de estas seis áreas, presentándote oraciones incompletas que inviten a la reflexión y te ayuden a expresar tus emociones de manera personal.
Léela en un momento tranquilo, preferiblemente a solas. Como sugerencia, puedes leerla en voz alta frente a una fotografía de tu ser querido, un objeto con valor sentimental, una vela encendida, o en un espacio conectado con la naturaleza o bajo el cielo abierto. Si prefieres, también puedes escribir en ella o simplemente leerla en silencio y observar lo que surge en tu mente. No hay reglas, solo haz lo que te haga sentir más cómodo y en paz.
Querido…
Hoy que tu cuerpo ya no está conmigo
pero que continúa el amor que siento por ti,
quiero recordar tu vida, todo aquello que te distinguía.
De tu cuerpo físico recuerdo mucho…
Tu voz y tu manera de hablar era…
Tu vida, fue una historia llena de…
Eras una persona que se caracterizaba por…
Algo que viví contigo, que nunca olvidaré
y que quiero tatuar en mi corazón es…
Antes, contactar contigo era muy sencillo,
podía verte, tocar tu piel, escuchar tu voz.
Pero ahora que tu cuerpo se ha ido,
me enfrento a un reto muy grande:
Debo aprender a sentirte, no con los sentidos, sino con el corazón.
Quiero compartirte como me siento.
Me siento triste porque…
Me siento frustrado porque…
Me siento enojado por…
A veces me siento culpable por…
A veces tengo miedo a…
Tú eres para mí, un…
Quiero agradecerte por…
Tu paso por mi vida, no pasó desapercibido.
Tu presencia trajo consigo grandes lecciones.
Del tiempo que pasé contigo,
ese tiempo que me regalaste, aprendí…
Es posible que a lo largo de nuestra relación,
quizá omití hacer o decirte algo,
algo importante para ti que no percibí claramente.
Tal vez algo algo que pude haber hecho y no lo hice,
o quizá algún tema que no pudimos resolver y quedó pendiente.
Te quiero ofrecer disculpas,
desde lo más profundo de mi corazón por…
La vida nos obliga a tomar y a dejar ir.
Saber cuando es tiempo de tomar
y saber cuando es tiempo de dejar ir,
es lo más importante.
Ahora es el momento de dejar ir,
de despedirnos y desearnos lo mejor,
de agradecerte y disculparme,
ahora que tienes que partir.
Jamás te olvidaré,
una parte de tí, siempre vivirá conmigo.
Te recordaré cada vez que…
y cada que lo haga te recordaré con…
Lo más importante que hiciste
no fue morir, fue vivir,
y la manera en la que decido
honrar tu vida es…
Que todas las bendiciones sean tuyas.
Desde lo más profundo de mi corazón, te deseo…
Escrito por Tanatólogo Emiliano Figueroa
Yo sí creo que puedes volver a ser feliz después de la pérdida. Creo que la esperanza puede ser encontrada incluso en las situaciones más desesperanzadoras si tan solo nos atrevemos a observar a través del dolor. Lo creo con todo mi ser y por ello mi vocación es acompañar a personas en procesos de duelo, pérdida y muerte.
Si deseas que te acompañe en tu duelo, puedes agendar una cita conmigo, escribiéndome al WhatsApp.
Estoy certificado por la Tanatóloga y aclamada autora Gaby Pérez Islas, y por la Asociación de Tanatología del Estado de Morelos, por la Doctora Marta Palencia.