El duelo no se supera; el duelo crece y madura, como un loto. Al principio, estamos sumergidos en el fango, asfixiados por la oscuridad de un mundo que se ha venido abajo, dudando si algún día lograremos salir de ahí. Pero es de esa misma tierra que nos oprime de donde podemos extraer los nutrientes necesarios para emerger a la superficie y dar nuestro primer respiro.
Incluso al salir a la luz, el loto sigue cerrado, envuelto en sombras; aún no ha desplegado sus pétalos al sol.
Duelar —elaborar el duelo— es este proceso lento y paciente de abrir, uno a uno, los pétalos del duelo. Son siete pétalos los que se despliegan, cada uno representando un aspecto esencial del camino: recordar con amor, expresar emociones, agradecer, perdonar, despedirse, desear el bien y honrar la memoria.
Para elaborar nuestro duelo, hemos de dirigir nuestro dolor, atención y energía hacia estas siete áreas. Cada uno de nosotros lo hará a su manera. Este es el momento de despertar la creatividad y darle forma al ritual. Puedes escribir cartas, dibujar, encender veladoras, crear álbumes de fotos, conversar en familia, caminar en la naturaleza o realizar cualquier actividad que te conecte con tu proceso.
Pregúntate: ¿qué te ayuda a contactar con el agradecimiento? ¿Qué actividades te permiten expresar tus emociones? ¿Qué recuerdos te conectan con el amor que sientes por tu ser querido? ¿Cómo puedes trabajar en el perdón? ¿Qué aprendizajes te dejó esa persona y cómo puedes honrarlos hoy?
Al final del recorrido no encontramos un duelo olvidado o superado; encontramos un duelo maduro. Una flor de loto completamente abierta al mundo y a quienes la rodean, que comparte la poesía, la belleza y la sabiduría de haber crecido en el fango.
A continuación te dejo un escrito donde abordo de manera breve cada uno de los siete pétalos que hemos de abrir para que pueda madurar el duelo.
Recordándote con amor.
Expresando mis emociones.
Agradeciendote.
Perdonándome, perdonándote y ofreciendo disculpas.
Despidiéndome de ti.
Deseándote el bien.
Honrando tu memoria.
Yo sí creo que puedes volver a ser feliz después de la pérdida. Creo que la esperanza puede ser encontrada incluso en las situaciones más desesperanzadoras si tan solo nos atrevemos a observar a través del dolor. Lo creo con todo mi ser y por ello mi vocación es acompañar a personas en procesos de duelo, pérdida y muerte.
Si deseas que te acompañe en tu duelo, puedes agendar una cita conmigo, escribiéndome al WhatsApp.
Estoy certificado por la Tanatóloga y aclamada autora Gaby Pérez Islas, y por la Asociación de Tanatología del Estado de Morelos, por la Doctora Marta Palencia.